Descansa mejor aplicando estas ideas de decoración en tu habitación

Más allá de que nos guste un tipo de mueble para nuestra habitación o un color para las paredes de esta estancia de la casa, tenemos que tener en cuenta cómo nos afecta esa elección a la hora de relajarnos y descansar. Te damos las claves para conseguirlo

 

Los expertos en salud lo tienen claro: los adultos tenemos que dormir entre 7 y 8 diarias para poder rendir mejor y descansar; pero ese descanso ha de ser completo. ¿Cómo? Muy sencillo. No es lo mismo pasar 8 horas en la cama, pero no tener un sueño reparador, que pasar 6 y dormir placenteramente. Sin duda, la segunda opción es mejor que la primera, ya que el descanso es real y profundo.

 

Para conseguirlo, además de dejar de lado todos aquellos pensamientos que nos resulten negativos y nos impidan conciliar el sueño, también tenemos que tener muy en cuenta el hecho de hacer una cena ligera y con alimentos que inviten al descanso, como los huevos o los plátanos, o que haya un margen de 2 horas desde que terminamos de trabajar y nos acostamos o desde que hacemos deporte y nos acostamos.

 

Esto en lo que a ti respecta, pero en tu descanso también influye un factor que muchos pasan por alto: la decoración de tu dormitorio. Y no hablo sólo de elegir un buen colchón, ya que eso es básico, sino también de tener en cuenta los colores que elegimos o la forma en la que distribuimos la habitación.

 

Así que he recopilado para ti las claves principales para que la decoración de tu habitación no sea un problema a la hora de descansar y lo consigas de manera placentera, sin renunciar a tener una habitación a tu gusto y bonita. ¿Empezamos?

 

Los colores

Empezamos por este punto, porque es el primero que debes de tener en cuenta; mucho antes incluso de elegir los muebles, ya que la elección de estos también dependerá, en parte, del color de la habitación.

 

Partiendo de esta idea y en función de la psicología de los colores, aquellas que en mayor medida influyen en nuestro descanso son:

 

  • El azul: los expertos aseguran que además de invitar a la relajación porque recuerda al mar y al cielo, también reduce la presión arterial y la frecuencia cardiaca.
  • Los tonos grises perla o claro: son elegantes, a la par que relajantes y lo mismo sirven para una habitación de niños, como de adolescentes o para adultos. El secreto está en la elección del resto de muebles y complementos.
  • El blanco: totalmente puro y neutro, es otro de los que más se eligen para no crear más carga emocional en nosotros.
  • Rosa palo y malva: son colores que tranquilizan nuestro espíritu.

 

 

Los muebles

En este sentido, son varios los aspectos a tener en cuenta:

  • La cantidad: cuantos menos muebles haya, menos “ruido emocional” causarán en nosotros. Habitaciones con muchos muebles recargan nuestra mente y nos llevan al estrés y al agobio. Procura tener sólo aquellos que realmente necesites. Piensa que tienes otras habitaciones para poner los complementos que tanto te gustan.
  • El tamaño de la habitación: al hilo de lo anterior, también es importante tener en cuenta el tamaño del espacio del que dispones en la habitación. No es lo mismo tener 3 muebles grandes en una habitación amplia que en una pequeña. Así que adapta tus muebles al tamaño de tu dormitorio.
  • El orden: una habitación desordenada no invita al descanso. Este punto también lo podemos unir al anterior. Una habitación despejada de muebles siempre parecerá mucho más ordenada que otra que tiene demasiados. Además, si tenemos los muebles que necesitamos, también podremos guardar nuestras propiedades en los lugares que necesitemos. Sin duda, se trata de decorar con cabeza.
  • A tu gusto: porque siempre debe de estarlo. Es decir, se trata de intentar encontrar el equilibrio perfecto entre los puntos anteriores y que encuentres objetos con los que te identifiques y, por tanto, tengas ganas de pasar tiempo en tu habitación. Piensa que, junto con el salón o la cocina, es el lugar donde más horas pasas.
  • Eliminar todo aquellos que te recuerde al trabajo: porque esto sí que nos puede estresar. Y en caso de que no te quede más remedio que tener un escritorio en tu habitación, procura que éste no se vea desde la cama. Esto evitará que te entren tentaciones de ponerte a trabajar cuando no consigues dormir o que te acuerdes de tareas que puedas tener pendientes al verlo.
  • Iluminación: aquí entra en juego si eres una persona a la que le gusta dormir a plena oscuridad o no. En el segundo caso deberás contar con unas buenas cortinas o persianas que impidan la entrada de luz en tu habitación. Eso sí, durante el día siempre es recomendable que haya el mayor número de horas de luz natural posible. Tenlo también en cuenta a la hora de escoger la estancia donde vas a poner tu habitación; del mismo modo, no te olvides de pensarlo a la hora de elegir las cortinas.

 

 

Y termino este texto recomendándote que, por supuesto, te hagas con el mejor somier y colchón que encuentres. Si tienes el presupuesto ajustado es preferible que inviertas en este punto, antes que hacerlo en otros muebles auxiliares. Por supuesto, la mejor cama siempre será aquella que se adapte mejor a estado de salud y a tu estilo de vida; me refiero a si duermes en pareja, con niños o sola y en los 2 primeros casos, que tengas también en cuenta las manías de cada uno.